Las mujeres y los hombres, HOY

¿Igualdad o desigualdad?

Una investigación pionera, realizada por un equipo de consultores y analistas de PRM Market Intelligence dirigida por Laura Sagnier, que representa a 29 millones de personas mayores de edad que viven en España y son usuarias regulares de Internet. Según datos del INE, esta investigación representa al 97% de la población de 18 a 64 años que reside en España.

En la investigación han participado 1.000 hombres y 1.000 mujeres que son representativas de la población adulta de España. Fueron entrevistados sobre ámbitos tan variados como el trabajo (remunerado y no remunerado), la pareja, la maternidad y la paternidad, la conciliación o su nivel de felicidad, entre otros. El resultado es una radiografía muy completa de la situación en la que se encuentra la brecha de género en España.

Tres conclusiones de esta investigación que resumen cuál es la situación de la brecha de género, a día de hoy, en España:

  • 20 brechas entre mujeres y hombres: de los cuidados al trabajo remunerado, la masturbación y las situaciones de violencia y fragilidad. Por lo tanto, mujeres y hombres no tienen las mismas oportunidades en la vida;
  • A los hombres les cuesta el doble que a las mujeres percibir las desigualdades a las que se enfrentan las mujeres;
  • Tanto para los hombres como para las mujeres, el concepto desigualdades entre mujeres y hombres se entiende y acepta mucho mejor que el término feminismo”.

La investigación «Las mujeres y los hombres, HOY. ¿Igualdad o desigualdad?” tiene por principal objetivo contribuir a generar un debate constructivo sobre el punto en el que se encuentra la igualdad de oportunidades en la vida para mujeres y hombres, a partir de resultados objetivos, fiables y comparables, sobre qué hábitos tienen, qué piensan y cómo se sienten las mujeres y los hombres en España.

Pretendo con ello contribuir al objetivo de desarrollo sostenible de Naciones Unidas número 5 (ODS-5) de la agenda 2030: eliminar el gender bias, esto es, lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y niñas.

Para la recogida de la información se ha utilizado la metodología denominada CAWI (Computer-Assisted Web Interviewing). Se decidió que las encuestas se realizarían a través de Internet, con la intención de maximizar el nivel de sinceridad de las personas participantes a la hora de responder ya que muchos de los temas a tratar tenían un carácter muy íntimo.
Las personas que han participado en la investigación han invertido una media de 18 minutos en contestar la encuesta.
La recogida de la información se realizó a principios del 2023.
Para el análisis de las respuestas dadas por las personas entrevistadas se han utilizado las técnicas y metodologías desarrolladas por PRM Market Intelligence durante más de tres décadas. Muchas de ellas basadas en métodos de análisis multivariables.

Se pretendía incluir al máximo de las personas mayores de edad que fuera posible. Por ello, la única limitación aplicada es la que se deriva del hecho de que la encuesta tuviera que ser aplicada por Internet. En consecuencia, esta investigación considera a las personas que residen en España, que tienen entre 18 y 64 años que han utilizado Internet en los últimos 3 meses. Según los datos del INE, estarían representadas en este estudio casi 29 millones de personas, que corresponden al 97% de las que tienen de 18 años a 64 años que residen en España.
Han participado en el estudio 1.000 mujeres y 1.000 hombres que son estadísticamente representativas del conjunto de los 29 millones de personas mayores de edad que viven en España y son usuarias regulares de Internet.

La investigación es ambiciosa en lo que respecta a los ámbitos de la vida considerados:

  • Forma de ser y presión experimentada para ser de una determinada manera.
  • Nivel de felicidad con la vida en general y con cada una de las diferentes facetas/aspectos de la vida.
  • Situación y actitud frente al trabajo remunerado y al “trabajo ideal”.
  • Situación y actitud frente a la convivencia en pareja y la corresponsabilidad.
  • Situación y actitud frente a la maternidad y la paternidad.
  • Algunos hábitos: práctica de deporte, consumo de dos tipos de medicamentos (para los disturbios del sueño y para la ansiedad), masturbación, pornografía y prostitución.
  • Situaciones de fragilidad experimentadas (intentos o ideación suicida, TCA y autolesiones),
  • Situaciones de intimidación, agresión y violencia por las que han pasado: en contexto escolar, en la calle o en algún lugar público, en contexto laboral o en contexto de intimidad.
  • Percepción de la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres y actitud ante el feminismo y la violencia machista.

Según la información que obra en mi poder, no existen en España investigaciones anteriores que contemplen la brecha de género desde ámbitos tan diversos, lo que además tiene la ventaja de que permite analizar la interrelación que se produce entre los distintos ámbitos.

Resumen de las conclusiones principales

En qué ámbitos hay IGUALDAD entre mujeres y hombres

  • El acceso a la educación.

    Hay igualdad de oportunidades en lo que respecta al acceso a la educación, y las mujeres están beneficiándose de ello ya que su nivel de estudios es incluso superior al de los hombres. Tienen educación superior o posuniversitaria el 41% de las mujeres y el 35% de los hombres.

  • Las expectativas con respecto al mercado laboral.

    El trabajo ideal que imaginan es prácticamente igual para las mujeres y los hombres. Para ambos, el trabajo ideal tiene que permitir, en primer lugar, “conciliar bien el trabajo con la vida personal” (tiene una importancia media de 29% entre las mujeres y 27% entre los hombres) y, en segundo lugar, tiene que ofrecer un “buen sueldo” (tiene una importancia media de 22% en ambos casos).

  • Orientación sexual.

    Tanto en las mujeres como en los hombres, entre las nuevas generaciones (18 a 40 frente a 41 a 65) ha aumentado el número de personas que se declaran no heterosexuales (entre los hombres se ha multiplicado por 1,9 y entre las mujeres por 3,2). El único matiz es que entre las mujeres jóvenes hay más bisexualidad y entre los hombres jóvenes más homosexualidad. Entre las mujeres de 18 a 40 años, se declaran homosexuales el 4%, bisexuales el 11% y asexuales u otra el 4%. Entre los hombres que tienen de 18 a 40 años, se declaran homosexuales el 8%, bisexuales el 7% y asexuales u otra el 2%.

  • Felicidad con la vida.

    El nivel de felicidad con el conjunto de la vida es similar entre mujeres y hombres. Se sienten infelices el 41% de las mujeres y el 38% de los hombres. En el extremo opuesto, los que se sienten felices o muy felices con su vida son el 34% tanto en las mujeres como en los hombres. En una escala de 0 a 10 donde 0 es nada feliz y 10 muy feliz, la felicidad media con la vida en general es 6,7 en las mujeres y 6,8 en los hombres. (Ambas por debajo del umbral de felicidad con la vida que la investigación sitúa por encima de 7,0)

  • Consecuencias de haber vivido situaciones de intimidación, agresión o violencia.

    Las consecuencias de haber pasado por alguna situación de intimidación, agresión o violencia en algún ámbito de la vida son devastadoras, en dimensiones similares, para la salud mental tanto de las mujeres como de los hombres: alta probabilidad de provocarles ideación/intento de suicidio, Trastornos de la Conducta Alimentaria o Autolesiones. A modo de ejemplo, entre las personas que han pasado por alguna de estas tres situaciones de fragilidad (el 22% en los hombres y el 32% en las mujeres), se dispara el número de las que han vivido situaciones de «acoso psicológico en contexto de intimidad» (68% en las mujeres y 63% en los hombres) o bullying (54% en las mujeres y 63% en los hombres). También hay mucha inter-relación con el hecho de haber sufrido, en algún lugar público: «acoso o intimidación» (50% en las mujeres y 31% en los hombres), «agresiones físicas» (18% en las mujeres y 36% en los hombres) o «contacto físico no deseado» (40% en las mujeres y 15% en los hombres).

En qué ámbitos hay DESIGUALDAD entre mujeres y hombres

  • La presión que sienten en la vida.

    Las mujeres jóvenes se sienten más presionadas que los hombres jóvenes en 6 de las 7 cuestiones consideradas en esta investigación. Sienten más presión sobre todo en: “tener éxito en los estudios”, “no defraudar a su madre/padres/familia” y “ser físicamente atractivas”. En el conjunto de las 7 cuestiones consideradas en la investigación, entre la generación de los más jóvenes (18 a 40 años) las mujeres se sienten un 33% más presionadas que los hombres.

  • Nivel de seguridad percibido en su barrio.

    El 33% de las mujeres dice que no se siente nada segura en su barrio después de oscurecer (frente al 10% de los hombres). Entre las nuevas generaciones (18 a 40) la brecha aumenta: son el 42% de las mujeres y el 12% en los hombres.

  • El cumplimiento de las expectativas con la vida.

    Las expectativas que los hombres se crean con respecto a su vida se cumplen en mayor proporción que las expectativas que se crean las mujeres con respecto a la suya: 56% de los hombres afirman que su vida está siendo acorde con sus expectativas o por encima de ellas frente al 50% en el caso de las mujeres.

  • El nivel de felicidad con 5 facetas de la vida.

    Hay 5 facetas de la vida en las que hay más mujeres que hombres que se sienten infelices: “el aspecto físico” (se sienten infelices con su aspecto físico el 59% de las mujeres frente al 54% de los hombres), “la salud” (se sienten infelices con su salud el 49% de las mujeres frente al 42% de los hombres), “el tiempo libre para ella y sus aficiones” (se sienten infelices el 49% de las mujeres frente al 43% de los hombres), “el padre” (se sienten infelices con su padre el 30% de las mujeres frente al 25% de los hombres) y “la pareja” (se sienten infelices con su pareja el 29% de las mujeres frente al 24% de los hombres).

  • La situación a la que se enfrentan en el mercado laboral.

    A pesar de que las mujeres tienen un nivel de estudios superior al de los hombres, y expectativas similares a las de ellos en lo que respecta al trabajo remunerado ideal, la situación de las mujeres en el mercado laboral es bastante más precaria: dedican al trabajo remunerado menos horas a la semana (en media 33 horas las mujeres frente a 37 horas los hombres), tienen un nivel de ingresos inferior al del hombre con quien viven (ocurre cerca del 40% de los casos en que conviven un hombre y una mujer) y están más expuestas a situaciones de discriminación en el trabajo (un 43% más que los hombres). La máxima diferencia ocurre en la proporción de las mujeres que afirman que “sienten que si hubieran sido hombres habrían llegado más lejos” (el 18% de las que alguna vez han estado activas en el mercado de trabajo) frente a solo 8% de los hombres que afirman que “si hubieran sido mujer hubieran llegado más lejos”).

  • En el imaginario colectivo de quién es mejor cuidador.

    La actitud teórica de los hombres con respecto a la paternidad es ligeramente más favorable que la de las mujeres con respecto a la maternidad. Creen que “ser padre es lo mejor que le puede pasar a un hombre” el 79% de los hombres mientras que creen que “ser madre es lo mejor que le puede pasar a una mujer el 68% de las mujeres”. Los que no quieren tener descendientes son el 10% de los hombres frente al 12% de las mujeres. Entre las mujeres de 18 a 40 años, las que no quieren tener hijos aumenta al 14%, frente al 11% entre las mujeres de 41 a 65 años. En los hombres no hay cambios entre estas dos generaciones.

    Sin embargo, hay un “sesgo inconsciente” que otorga a las mujeres el papel de mejores cuidadoras, por lo que a muchas más mujeres que hombres la maternidad acaba interfiriendo en su ámbito profesional, con la consecuente pérdida de poder económico con respecto al padre de sus hijos o hijas. Las mujeres que han puesto “un freno” en su trabajo remunerado por cuidado de un hijo o una hija menor acogiéndose a una reducción de jornada o a una excedencia son el 25% de las que están activas en el mercado de trabajo frente al 12% en los hombres (más del doble). Y entre las personas que han dejado de estar activas en el mercado laboral, las mujeres que declaran que lo han hecho porque lo exigía su situación familiar son el 29% frente al 7% de los hombres (más de cuatro veces superior).

    A día de hoy, en España, a pesar de que es casi unánime la convicción de que los padres son capaces de cuidar de sus hijos/as tan bien como sus madres, más de la mitad de los hombres y de las mujeres consideran que “un niño/a pequeño/a puede sufrir si su madre trabaja fuera de casa”. (57% y 52% respectivamente).

    Esta convicción se refleja de forma clara en el ranking de preferencia de hombres y mujeres en la forma que prefieren para conciliar vida familiar y profesional cuando el permiso por maternidad/paternidad termina. Mujeres y hombres coinciden en la opción ganadora: que “los dos continúen trabajando igual”, ya sea, ambos en jornada completa o ambos a tiempo parcial (la escogen en primer lugar el 53% de las mujeres y 57% entre los hombres). Sin embargo, la segunda y la tercera opción son claramente perjudiciales, como mínimo a medio y largo plazo, para el desarrollo profesional de las mujeres: que “la madre adapte su vida profesional, dejando su trabajo remunerado o trabajando a tiempo parcial (opción elegida por el 23% de las mujeres y el 25% de los hombres) y “depende de quién sea el que gane más dinero” (opción elegida por el 23% de las mujeres y el 16% de los hombres).

  • Como se vive la maternidad/paternidad:

    Lo más habitual, es sentirse “realizado/a” de haber tenido hijos/as (declaran que volverían a tenerlos y se sienten muy felices con su maternidad/paternidad) siendo entre las mujeres algo más habitual que entre los hombres: “realizadas con su maternidad” (el 57%) frente al 51% de “realizados con su paternidad”. En el extremo opuesto, hay casi el mismo número de “madres arrepentidas” y “padres arrepentidos” (si pudieran volver atrás no habrían sido madre/padre): 15% de las mujeres que han sido madres y 14% de los hombres que han sido padres. Los restantes “madres y padres no realizados” (volverían a tener hijas/os a pesar de que no se sienten felices de ser madre o padre) son más frecuentes entre los hombres: el 28% de las mujeres y el 35% de los hombres.

  • El consumo de medicamentos para los disturbios del sueño y para la ansiedad o depresión.

    El consumo de ambos tipos de medicamentos es más habitual entre las mujeres que entre los hombres. Consumen, de forma semanal, medicamentos para los disturbios del sueño el 23% de las mujeres y el 16% de los hombres. Y toman medicación para la ansiedad o depresión el 18% de las mujeres y el 11% de los hombres. Entre las mujeres de 41 a 64 años, el consumo de ambos tipos de medicamentos se dispara, situándose en el 29% y el 22% respectivamente.

  • La relación que tienen con la masturbación, y el consumo de pornografía y prostitución.

    Mujeres y hombres tienen una relación muy distinta con los tres. Se masturban semanalmente el 51% de los hombres frente al 20% en las mujeres. Consumen pornografía de forma semanal el 40% de los hombres frente al 8% de las mujeres. Recurren a la prostitución el 8% de los hombres frente al 3% de las mujeres.

  • La carga familiar que soportan.

    En las parejas heterosexuales que conviven, hay un gran desequilibrio en la carga que soportan ellas y ellos con respecto a la realización de las tareas de la casa y al cuidado y educación de los hijos o hijas, si los tienen. Desequilibrio que se agrava si se considera el papel activo de la mayoría de las mujeres en la economía familiar, (a pesar de que lo más habitual es que ellas desempeñen trabajos remunerados en los que ingresan menos que su pareja).

    Pero hay una gran disparidad en la forma como los hombres y las mujeres que conviven perciben su contribución a las tareas familiares, sobre todo cuando se trata de la crianza de los hijos e hijas. Ellas creen que están realizando, en media, el 69% de las tareas de la casa y el 69% del cuidado y educación de los hijos/as. Por su parte, ellos creen que ellas hacen muchísimo menos: en media, el 54% de las tareas de la casa (15 puntos porcentuales menos que ellas) y el 48% del cuidado y educación de los hijos/as (21 puntos porcentuales menos que ellas).

    A partir de estos datos se puede concluir que el número de mujeres que están acarreando “La Losa de Hormigón” (concepto desarrollado por Laura Sagnier en el año 2021 para contribuir a dar visibilidad y a concienciar sobre los costes que conlleva el desequilibrado reparto de las tareas familiares entre los dos miembros de la pareja) es muy distinto si se tiene en cuenta la opinión de ellas o la de ellos: según ellas, la losa la acarrearían el 62% de las mujeres que viven con un hombre y según ellos, el 31%.

    En lo que sí coinciden mujeres y hombres es en cuánto contribuyen las terceras personas a la realización de las tareas familiares, esto es, la ayuda remunerada o los familiares: el 2% de las tareas de la casa y el 7% del cuidado de los hijos/as.

    Y también es muy parecido lo que opinan cuando se trata de cuánto contribuye cada miembro de la pareja a pagar los gastos comunes y de la casa. Ellas creen que ellas están contribuyendo con el 41% en media y ellos creen que ellas contribuyen, en media, con el 37%.

    La corresponsabilidad en la pareja se traduce en mayores índices de satisfacción vital. Los resultados muestran que tanto las mujeres como los hombres se sienten más felices con su propia vida y con su relación de pareja si están en relaciones donde hay corresponsabilidad. Entre las mujeres que viven en relaciones donde ellas soportan un peso mayor, la felicidad media con su pareja es, 7,1 (frente a 7,9 en las que ambos contribuyen por igual) y la felicidad con la vida es, de media, 6,9 (frente a 7,3 en las que ambos contribuyen por igual). Entre los hombres, la situación es muy similar, la felicidad media con la pareja es, de media, 7,5 (frente a 7,9 si ambos contribuyen por igual) y la felicidad con la vida es, de media, 6,9 (frente a 7,2 cuando ambos contribuyen por igual).

  • La predisposción a vivir situaciones de fragilidad.

    Las mujeres son mucho más vulnerables que los hombres en las tres situaciones de fragilidad consideradas en esta investigación: ideación o intento de suicidio (21% en las mujeres y 16% en los hombres), trastornos de la conducta alimentaria (13% en las mujeres y 6% en los hombres), y autolesiones (8% en las mujeres y 5% en los hombres).
    Y la tendencia a vivir situaciones de fragilidad, lejos de mejorar, aumenta tanto en los hombres como en las mujeres, en ambos estos valores se disparan cuando nos centramos en la generación con entre 18 y 40 años. Entre las mujeres de esta franja de edad, las que han sufrido cada una de estas situaciones de fragilidad son el 28%, el 18% y el 14% respectivamente. Y entre los hombres de esta franja de edad: el 20%, el 9% y el 9% respectivamente.

  • Las situaciones de intimidación, agresión y violencia a las que se enfrentan.

    Con la única excepción de las “agresiones físicas”, las mujeres están mucho más expuestas que los hombres a sufrir intimidación, agresión y violencia, ya sea en la calle o en algún lugar público, en contexto escolar, en contexto laboral o en contexto de intimidad.

    La brecha en el nivel de exposición de mujeres y hombres es máxima cuando se trata de Violencia Sexual. El 29% de las mujeres han sufrido algún episodio de Violencia Sexual, alguna vez en su vida, en la calle o en algún lugar público; el 11% la han sufrido en contexto escolar; el 8% en contexto laboral y el 7% han sufrido relaciones sexuales no deseadas en contexto de intimidad (de alguna pareja, algún miembro de su familia o persona próxima). Frente a los hombres que los han sufrido que respectivamente son: el 9%, el 6%, el 3% y el 1%.

    Hay 4 situaciones por las que han pasado más de una de cada cuatro mujeres: el 45% han sufrido acoso psicológico en contexto de intimidad (alguna pareja, algún miembro de su familia o persona próxima); el 33% han sufrido acoso o intimidación en la calle o en algún lugar público; el 29% han sufrido “Bullying” en contexto escolar y el 27% alguna situación de contacto físico no deseado en la calle o en algún lugar público.

    En el caso de los hombres, se reducen a 2 las situaciones por las que han pasado más de uno de cada cuatro hombres: el 37% han sufrido acoso psicológico en contexto de intimidad (alguna pareja, algún miembro de su familia o persona próxima) y el 34% han sufrido “Bullying” en contexto escolar.

Los resultados y conclusiones de esta investigación fueron presentados en Barcelona el 7 de junio de 2023.